Según un informe de 2024, más de la mitad de los matrimonios se acaban separando en España. Las causas son muchas y variadas. Isaac y Carmen del Mar viven en la provincia de Barcelona y han apostado por su unidad viviendo la fe en familia.

Isaac, desde pequeño, escuchó que Jesús había muerto por él en la cruz pero “no había sentido la necesidad de hacer eso mío”. Una noche, después de que su madre le leyera la Biblia, luchó en su corazón. Entendió que su relación con Dios no dependía de vivir en una familia cristiana. Con apenas nueve años, confesó su pecado y aceptó a Jesús como Salvador.

Carmen del Mar había oído hablar de Dios, pero no de lo que decía Dios en la Biblia. En un campamento de jóvenes al que la invitaron, pudo estudiar del Dios que tanto la amaba y dio su vida por ella: “Ese amor a mí me impactó, me llegó al corazón y quise seguir a Jesús para siempre”.

A lo largo de su vida, han experimentado cosas buenas y felices, como  el nacimiento de sus cuatro hijos, pero también han sufrido pérdidas muy dolorosas.  

En su tercer embarazo, Carmen del Mar sufrió un aborto espontáneo. Ella expresa que, aún sin conocer al bebé, es un momento de mucho dolor.  Pero también sintió el cuidado de Dios en todo el proceso de recuperación y la bendición de sus dos hijos pequeños después.

La última pérdida fue más reciente. Quince días antes de la boda de su hijo mayor, el hermano pequeño de Carmen falleció de un infarto. Toda la familia tenía una relación muy estrecha con él por la diferencia de edad con Carmen de doce años. Ella reconoce que se le rompió el corazón, pero notó cómo Dios la consolaba y sanaba.