Todos los días vemos en las noticias casos de detenciones, juicios y condenas que en mayor o menor medida nos pueden parecer justas. Pero, ¿qué hay de la sentencia de Jesús? Hemos hablado de esa escena de su vida que comienza con su arresto. Y damos así continuidad a la serie de cuatro episodios de los últimos días de Jesús sobre la Tierra, siguiendo la narración de los Evangelios. 

El Concilio Judío

Entra en escena el Sanedrín, compuesto por sacerdotes saduceos, ancianos de Israel y fariseos. En total eran setenta personas más el Sumo Sacerdote. Se ocupaban de gestionar el Templo, convertido en una suerte de negocio. Pau Grau, pastor evangélico apunta que ellos “querían saber si Jesús era realmente una amenaza para sus intereses religiosos”. Estando bajo jurisdicción romana, los judíos no tenían potestad para aplicar la pena de muerte, pero controlaban todos los aspectos de la vida religiosa en Jerusalén. Así es cómo Jesús es acusado de blasfemia cuando es interpelado directamente: ¿Eres tú el Cristo?

Negación de Pedro.

El miedo le pudo a Pedro. Opina Grau que “el miedo nos paraliza y puede disolver las más profundas convicciones de una persona”. Añade que hoy día todavía hay riesgo para la vida y la hacienda de aquellos que son perseguidos por ser cristianos en muchas zonas del mundo.

Poncio Pilato.

Los judíos presentan a Jesús ante el gobernador de turno. La Pascua ofrecía la oportunidad de liberar a un reo: Jesús Barrabás o Jesús el Cristo. El pueblo es incitado y clama que muera un Jesús inocente antes que un Jesús culpable. Pilato, “no vio un delito en la persona de Jesús… no pudo demostrarlo” apunta Grau, pero cede a la presión popular y a las posibles consecuencias políticas.

Jesús se enfrenta ya al dolor de los golpes, la flagelación y las burlas, de forma irremediable.