Cada domingo, en las iglesias evangélicas, los niños disfrutan de un tiempo de enseñanza enfocado en ellos. Agrupados por edades, aprenden más sobre Jesús. Hemos visitado una congregación en Madrid para conocer la Escuela Dominical para Niños y nos hemos preguntado qué puede aportar Jesús a una persona durante su infancia.

La adoración comunitaria

Las reuniones, también llamadas culto o celebración, no tienen una liturgia cerrada. Más bien, cada familia evangélica o iglesias independientes incluso, hacen uso de su libertad para estructurar ese tiempo de adoración a Jesucristo. Eso sí, en todas hay factores comunes, como son la alabanza, la oración, el partimiento del pan y el vino y el estudio de la Biblia. Todos participan de la celebración, adultos, jóvenes, los más mayores y también los niños, que son una parte vital de la comunidad de fe.

La Biblia, el libro más importante

En la Iglesia Evangélica de Suanzes, situada en el barrio de San Blás-Canillejas, cuando los adultos se sumergen en el estudio de la Biblia, los niños tienen sus clases de la Escuela Dominical, un programa pensado para ellos en el que se les presenta el mensaje de manera clara y apropiada a su edad para que puedan comprenderlo. Aprenden a través de métodos didácticos y lúdicos. Los profesores son voluntarios de la iglesia, que de forma vocacional se esfuerzan para que la narrativa bíblica sea interesante para ellos y también útil para que puedan aplicarla a sus vidas diarias.

Una fe integral

Los niños no solo aprenden la fe cristiana en la iglesia, sino que también crecen integrando esas enseñanzas con lo que reciben en el hogar, donde sus familias refuerzan los mismos principios. Todo ello les da una base sólida para su crecimiento personal, que les permitirá enfrentar la vida con los valores de Jesús.