Arte y solidaridad contra la trata

La trata de personas es una de las principales lacras a nivel mundial. Durante este verano, para concienciar e implicar a la sociedad, la ONG Diaconía España y el restaurante Art&Sushi se han aliado bajo una propuesta artística y gastronómica. En el reportaje, os mostramos en qué consiste y los testimonios de varias supervivientes de trata.
Flor y Estrella* son autoras de dos de las obras de la exposición que se exhibe en el restaurante Art&Sushi de Madrid, en las que han plasmado lo que sienten como supervivientes de explotación sexual. Gran parte de los cuadros de esta exposición se han realizado en el taller de arteterapia de la entidad social Diaconía. En un entorno seguro, a través de la creatividad, las mujeres pueden expresar con libertad sus emociones y avanzar en su sanidad interior, de mano de la artista Kim Peters, quien dirige el taller.
El postre solidario es otra de las iniciativas de Diaconía, que en alianza con el restaurante Art&Sushi buscan recaudar fondos para seguir apoyando a las mujeres supervivientes de trata. La entidad social ha implantado esta iniciativa en otros diez restaurantes de España con el mismo objetivo, concienciar a la sociedad de un drama de una magnitud enorme.
Jesús Castells, director del restaurante Art&Sushi, se congratula de la buena acogida de la exposición en la que “evidentemente han visto algo distinto, algo con alma” y del postre solidario, que ha duplicado la venta de postres habitual gracias a su propósito solidario.
Para Diaconía, se trata de una lucha justa en defensa de los derechos humanos, inspirada en las enseñanzas de la Biblia. La entidad comenzó hace casi diez años su campaña de concienciación contra la trata con el programa #Desactiva la trata# y sigue facilitando a las mujeres los recursos necesarios a nivel jurídico, socioeducativo, laboral, y con sus hijos, además del emocional.
Solo en España hay unas cuarenta mil víctimas de trata.

*nombres ficticios

Para toda la vida

La familia es un regalo que podemos dar por hecho y descuidarlo poco a poco, sin darnos cuenta, hasta que pierde su carácter fundamental. En este reportaje, Víctor y Eva nos enseñan cómo su fe en Jesús les lleva a poner sus relaciones familiares en el lugar que merece.

Un proyecto de vida.
Desde su juventud, Víctor y Eva han vivido su fe con autenticidad y honestidad, algo que les llevó a plantearse en su mismo noviazgo un enfoque muy intencional mientras planeaban su futura familia.
Fueron sus experiencias personales de encuentro con Dios y el deseo de ambos de obedecerle, lo que hizo de su matrimonio una decisión con propósito y determinación.
En las manos de Dios
Dicen que el hombre propone y Dios dispone, un dicho que encaja en la vivencia de Víctor y Eva ante su deseo de ser padres. Fue un sueño que se cumplió a los pocos años de casados, pero ellos también necesitaron descansar en las manos de Dios cuando las noticias de su futuro bebé parecieron no ser tan buenas.
Tener claro que la vida no les pertenece, que Dios es soberano para darla o quitarla, les ayudó a tomar las noticias de los especialistas como una posibilidad, pero no como la última palabra. En palabras de Eva “yo tenía mucha paz porque viniera lo que viniera íbamos a amar a nuestro bebé”.
Raíces y alas
Josué y Nora son el fruto de su amor, dos jovencitos en los que la pareja ha invertido tiempo y dedicación. Víctor cuenta que los hijos tienen su propia personalidad y carácter, evolucionan y crecen “pero nosotros siempre hemos estado detrás, orando y procurando crear un hogar en el que ellos puedan desarrollar todo su potencial”.
Para Eva es el momento de soltarles para que vuelen, una vez se les ha dado raíces a las que aferrarse.

Jóvenes y Evangelio: Relación

Ninguna generación ha crecido tan interconectada como la de nuestros jóvenes, por medio de la tecnología, sin embargo, la sensación de soledad y aislamiento son una realidad. ¿Cómo pueden los cristianos paliar esta situación? Hoy abordamos este tema de la mano nuevamente de dos miembros de la Generación Z: Marta López, que es trabajadora social y experta en redes sociales, y Pablo Salvador, periodista y comunicador audiovisual.

A Marta y Pablo les encanta tener conversaciones profundas con los jóvenes. Desean impactar sus vidas y ofrecerles ese espacio donde puedan hacerse vulnerables y tratar temas que no pueden tratar con otras personas. “Nuestro enfoque, cuando estamos con ellos, es conocerles y amarles como Jesús lo haría” comenta Marta.

Conectados en soledad

Miles de followers o cientos de likes son, en muchas ocasiones, el estilo de vida relacional que tienen los jóvenes, pero “las redes sociales pueden ser un poco tramposas” apunta Pablo, “ya que un emoticono no es comparable con el abrazo de un amigo”. De hecho, Jesús sanó en ocasiones a través del contacto físico. No podemos ignorar la realidad de nuestra necesidad de relaciones presenciales.

Acompañados por la comunidad de fe

Las nuevas generaciones siguen necesitando acompañamiento, tanto de personas cuya trayectoria con Jesús sea un referente espiritual, como de iguales que aman a Dios y buscan seguirle con integridad. Esas personas “con más conocimiento de la Biblia que tú con quienes hablar sin prejuicios”, apunta Marta López.

Según Pablo “la iglesia no es un hotel para cristianos, sino un hospital para pecadores” donde otros te puedan sostener cuando lo necesites. También piensa que la iglesia es el “lugar apartado” donde experimentar descanso de la tiranía de lo urgente.

Iglesias anima a los jóvenes a “encontrar en contextos seguros a personas en las que depositar su confianza y ser transparentes”. Porque Jesús también compartió sus temores con los amigos más cercanos.

Jóvenes y Evangelio: Comunicación

Los jóvenes viven hoy en una sociedad distinta a nivel religioso con respecto a la que experimentaron en el pasado otras generaciones. El grado de secularización requiere que presentemos el Evangelio de forma contextualizada. En este programa tratamos el tema de la mano de dos miembros de la Generación Z: Pablo Salvador, periodista y comunicador audiovisual, y Marta López, trabajadora social y experta en redes sociales. Como pareja, ellos ayudan a otros jóvenes a conocer y seguir a Jesús.

Educar a los niños: 9-12 años

Con este cuarto capítulo completamos la serie emitida este verano sobre educación y abordamos esa etapa tan temida cuando otros padres te dicen: “Estás entrando en lo peor”. Hablamos de la preadolescencia, que se estima abarca el período entre los nueve y los doce años.
Los padres debemos estar preparados para enfrentar los nuevos retos y situaciones de la crianza. Ellos van dejando de ser niños camino de la adultez y nosotros tenemos que hacer el duelo de ese cambio.
La doctora en psicología Claudia Porras, especializada en neuropsicología, nos advierte de que “el premio llegará a largo plazo”, una perspectiva que nos ayudará en el ejercicio de la paternidad. También indica que en esta etapa de importantes cambios físicos, hormonales y emocionales, el joven busca aceptación, necesita tomar sus propias decisiones para reafirmar su identidad ante sus iguales. Debemos dejarles acertar o equivocarse.
Por su parte, Esteban Figueirido, psicólogo especializado en terapia familiar y pastor evangélico de una iglesia en Vigo, aclara que “es importante incidir en la conducta, pero no en la persona”. Estar siempre presentes, hacerles sentir amados en cualquier circunstancia es vital para una buena autoestima presente y futura.
En esta etapa entran en juego la paciencia, la empatía, la comprensión de los padres y el apoyo mutuo de la pareja para funcionar como un equipo, además de un comportamiento coherente. Aceptar las diferencias de opinión o ampliar la capacidad de negociación con ellos son otras de las claves.

Educar a los niños: 6-9 años

¿Debo sentarme a hacer los deberes con mi hijo? ¿Animo a mi hija a defenderse si la agreden? ¿Me meto en el grupo de whatsapp de las actividades extra escolares o no? Parecen preguntas irrelevantes, pero son el día a día de los padres cuando la educación no solo depende de ti, sino también del entorno. Seguimos profundizando en la educación de los hijos cuando alcanzan entre seis y nueve años, con los especialistas en psicología, Esteban Figueirido y Claudia Porras.

Educar a los niños: 3-6 años

Se dice que cuando los niños son pequeños te los comerías, y cuando crecen te arrepientes de no habértelos comido. Así de divertida y de compleja a la vez es la educación de los más pequeños, esa edad entre tres y seis años en la que son tan ocurrentes, pero también desafiantes. En este nuevo capítulo sobre educación abordamos la etapa infantil con nuestros expertos, Claudia Porras y Esteban Figueirido, ambos psicólogos.

Educar a los niños: 0-3 años

DONA https://www.youtube.com/watch?v=Ln5SZ18VaWs Educar a los niños: 0-3 años Ser padres no está precisamente de moda. Muchas parejas descartan la idea de aventurarse a traer hijos al mundo por el gran desafío que supone en esta era del estado de bienestar. Aunque cada vez hay más información a nuestro alcance, también hay mucho desconocimiento acerca del …

Un legado eterno

Muchas familias han pasado por nuestro programa, pero ninguna con la experiencia del matrimonio nonagenario que nos abrió las puertas de su casa este domingo para contarnos vivencias que no pueden quedar en el olvido.

Ellos son Armand Urrutia y Josefina Cuchí, un matrimonio barcelonés que ha atravesado a lo largo de la vida todo tipo de situaciones, unas agradables y otras difíciles. Pero, Dios los ha acompañado desde la niñez hasta el día de hoy.

Tiempos de guerra
Aunque Armand era pequeño, recuerda las bombas que caían sobre la ciudad condal al estallar la Guerra Civil. A Josefina, los recuerdos la llevan a los campos de concentración donde estuvieron sus padres detenidos. Fueron tiempos de hambre, de cárceles, de familias rotas por el dolor y la muerte. En medio de todo ello, el mensaje del evangelio llegó a las vidas de Armand y Josefina para quedarse y traer esperanza.

Tiempos de persecución
Al acabar la Guerra Civil, los protestantes tuvieron muchas dificultades para salir adelante en España. Sus reuniones pasaron a ser clandestinas. Si eran descubiertos, pagaban con la cárcel y en ocasiones torturas. Eran echados de los trabajos, o no eran contratados, si se conocía su tendencia religiosa y muchas parejas pasaron un calvario para formalizar su casamiento ante la ley. Pero, en medio de la persecución, las iglesias evangélicas crecían.

Tiempos de dicha
Armand y Josefina tuvieron un encuentro personal con Jesús en su juventud. Se conocieron en la iglesia de la calle Teruel de Barcelona, se casaron y fruto de su amor y fidelidad son tres hijos, ocho nietos y tres biznietos, “una familia muy gozosa y muy contenta” en palabras de Urrutia, que ejerció como médico en el Hospital Evangélico de Barcelona durante más de cuarenta años, del que también fue director.